lunes, 30 de mayo de 2016

31.

Me gusta pensar
que los humanos
nos componemos de infinitas rarezas
incluídas en una equiparable realidad.

Me gusta pensar
que cada uno,
a su manera,
crea, percibe, transmite.

Quién diría que
en este cosmos
que nos impide interaccionar;
encontremos al que capte nuestra particularidad,
cuando bordeamos la ficción.

sábado, 23 de abril de 2016

23.

Condicionales.


Qué bonito el suave murmullo de tu voz, que con suaves caricias recorría mi cuerpo.
Y qué bonito el despertar, a cualquier hora, sabiendo que no habías huido, que eras capaz de escuchar mis latidos, un corazón que no dejas de acelerar.
Y mirarte mientras tus párpados descansan, inocentes, sobre aquellos ojos que conseguirían arrebatar la respiración de cualquier mortal.
La oscuridad y la penumbra cubrían la habitación y sin embargo éramos capaces de distinguirnos, sólo nos bastaba una sonrisa, iluminada por los ténues, frágiles rayos de luna que se colaban por una rendija. Un intrínseco lazo de unión que nos mantenía fuertes.
Nos mantenía,
pero ya no.

jueves, 31 de marzo de 2016

31.

Podríamos haber bebido otro trago de alcohol,
aquella noche de verano.
Se desvanecían nuestros recuerdos entre suaves
imperceptibles sorbos
tan cercanos nuestros labios, rozándose en una etérea botella
tan lejanos nosotros,
callando todo aquello que pudimos ser bajo el tornasolado del anochecer.
Empezaba a convertirse en la rutina incansable de dos delincuentes retraídos,
aún sabiendo lo que quieren alcanzar.
Temerosos se esconden de sus pensamientos más lujuriosos,
para no enfermar en la obsesión

de fracasar en un prosaico sueño.

lunes, 14 de marzo de 2016

14


Barcos, navíos.
Sin rumbo, deambulando en un immensidad llamada océano.
Partieron juntos en el punto acordado.
Sonrisas, suspiros. Momentos.
Se grabaron en la cubierta como quien desgarra un cristal, volviéndolo vulnerable.
El ancla había ya sido izada tiempo atrás, y por desgracia, no encontraba ya superfície a la cual adherirse. Cualquier otra resultaba poco enhiesta, convirtiéndose en imposible.
Con el ajetreo de las incontrolables olas, salvajes como latidos, la proa empezó a deteriorarse.
Cayó la primera pieza a ese lugar en el cual nadie reclamaría, nadie buscaría por ella. Estaba destinada a quedar en el olvido y simplemente, desvanecerse, mientras a lo lejos se vislumbraba el compañero de su camino, imparable.
Se alimentó de su derrota y continuó.
Porque ni siquiera él la recordaba.

jueves, 5 de febrero de 2015

05.

Sueños.
Hoy me apetece hablar de ellos. Y hoy no escribo de manera interiorizada, si no que hablo por todos aquellos que, como yo, tienen sueños.
Es cierto que desde pequeña quería y pensaba que sería una gran médica.
Nada más lejos de la realidad (nótese el sarcasmo) ya que actualmente estoy estudiando humanidades.
La verdad es que durante toda la primaria y la ESO nunca fui una persona que pudiera sobresalir del resto. De facto, no es que me encantara estudiar, pero creo que era porque tampoco había localizado mi destino en un futuro.
Siempre he pensado que los esfuerzos tienes que realizarlos sin presiones y con lo mejor que tú puedas dar para llegar a un fin concreto y de esa manera siempre tendrás algo a lo que aferrarte cuando veas que las situaciones se trasbalsan.
A seis meses de terminar mi vida académica de Bachillerato, me doy cuenta de lo deprisa que pasan los días, las emociones y sobre todo, los momentos. Pienso que es todo muy intenso y un constante proceso de madurez, perseverancia y valor.
Muchos de nosotros no sabemos lo que queremos hacer. Si no sabemos lo que haremos mañana, no tenemos ni tiempo para pensar lo que haremos el resto de nuestras vidas.
Por eso, yo creo que hacen lo que se nos ha establecido: Estudiar una carrera, trabajar y formar una familia.
No quisiera entrar en temas polémicos, pero yo soy de las que piensan que una vez que encuentras tu verdadera pasión, todo lo demás sólo son obstáculos para seguir en tu proceso de mejora y aprendizaje que es la vida.
Tengo aspiraciones a encontrar mi lugar en el mundo y ser feliz con ello, porque sé que podré hacerlo bien y demostrar de la misma manera todo aquello de lo que soy capaz.
No hay personas inútiles o poco listas - decía una de mis profesoras - mas hay personas que aún no han localizado aquello por lo que luchar.
Como he comentado antes, no sé realmente lo que me va a deparar el futuro, que es muy incierto, pero mis sueños están más claros que nunca y me siento bien pensando que estoy yendo por un camino en el cual, a pesar de todo, puedo sentirme orgullosa de tomar.

sábado, 24 de enero de 2015

29.

Intentó no llorar.
Reprimió todas sus lágrimas con un último aliento.
Le estaba doliendo.
Y desgraciadamente le dolía mucho.
Se dió cuenta que todas aquellas personas a las cuales había querido alguna vez desaparecían cuando ella necesitaba algo. 
Una vez detrás de otra. 
Un abrazo le bastaba, ella no pedía demasiado. 
Nunca pedía demasiado.
Sólo quería poder sonreír. 
Sonreír como solía hacer. 
Recuperar su felicidad, su inocencia.
Lo que más deseaba era poder olvidarse de todos aquellos que la usaron como un pañuelo y ahora la tenían olvidada.
Resguardada, como los abrigos de grandes plumas en un clima desértico.
Ni siquiera los libros, algo con lo que siempre se podía evadir, le sirvieron para enmascarar y superar su dolor.
Este dolor acabó con ella, comiéndose todo lo que se encontraba a su paso.
Y como ella tenía un corazón muy grande, fue con lo primero que se topó.
Nadie supo explicar cómo una chica tan alegre y amable yacía en el suelo, inerte, fría e inmóvil.
Ella lo sabía muy bien.
Ahora nadie más podría usarla de nuevo.
No volvería a sentir dolor.
En alguna parte de su moribundo cerebro se despertó algo.
Algo que estaba deseando hacer.
Sonreír.
De manera que sonriendo se la encontraron.
Siendo finalmente feliz.

25.


Poco a poco todo se volvía tenso a su alrededor. Nunca comprendió el por qué. 
Pocos le habían preguntado lo que ella tenía en la cabeza, y es que tenía demasiadas cosas. Ella era como poesía intrínseca que nadie lograba descifrar.
Ni tan sólo ella misma.
Aquellos parajes interiores la absorbían por completo. Quienes no la conocían suficiente la tacharon de incrédula.
Lo era. No podía limitarse a pensar que a eso se limitaba la vida.
Quizás no hubiese nacido para ellos. Para unos que pensaban que nunca podría conseguirlo, porque ella y sus ideas llegaban hasta universos que ni siquiera se habrían podido descubrir. 
Pero ya que nadie le había preguntado nunca, nunca contestó.

No trataba de entender cosas, sólo se limitaba a vivir con ellas.